Introducción
Ejercicios
1.- De pie, voy moviendo los empeines, levantando los laterales de los pies, los dos para el mismo lado (derecha, luego izquierda).Varias veces. Fortifica los tobillos y articulaciones.
Ejercicio N° 1 apoya lado externo de un pie y lado interno del otro.
2.- Agarramos la pared con una mano (hacia adelante y arriba), levantamos un pie o doblamos una rodilla hacia atrás, y con la otra pierna en el piso (sin mover la rodilla) subimos y bajamos unas 7 veces. Fortifica las pantorrillas.´
Ejercicio N° 2 trabajamos gemelos, levantando el talón.
3.- Adelantamos un pie y apoyamos las manos en el piso, para afirmar una pierna. Luego colgamos los brazos. El otro pie levantado hacia atrás doblando la rodilla. Levanto la cola (uno o dos centímetros) sin mover la pierna o rodilla, ni inclinarse para atrás o para adelante. Siete veces. Fortifica los músculos de atrás del muslo. Desarmo yendo hacia adelante y subiendo hacia arriba despacio, por último sube la cabeza.
Ejercicio N° 3 Cabeza y cuello relajada levantar y bajar la cola. Cambiar de pie, levantar muy lentamente.
4.- Abro las piernas y dejo caer el torso hacia abajo, brazos cuelgan hacia adelante al frente (cuatro respiraciones), luego hacia una pierna (cuatro respiraciones), luego hacia la otra (cuatro respiraciones), luego hacia atrás (cuatro respiraciones).Levanto despacito, por último la cabeza.
Ejercicio N° 4 Tres respiraciones profundas al centro, 3 en un pie, 3 en el otro, 3 atrás y 3 en el centro. Levantar despacio.
5.- Arco, colocando las manos en las caderas (vascular la pelvis), hacemos cuatro respiraciones. Luego voy hacia un costado y luego hacia el otro (mirando por arriba de los hombros). Cuatro respiraciones para cada lado.
Ejercicio N° 5 Estiramos el Psoa, giramos a un lado mirando sobre el hombro hacia abajo. Realizamos 3 respiraciones profundas.
6.- Sentado en la pared, rodillas flexionadas, espalda en la pared. Tengo que ver los empeines. Si me canso puedo levantarme un poquito en la pared. Termino bajando la cabeza y colgando las manos hacia adelante. Desarmo subiendo hacia arriba despacio, por último la cabeza.
Ejercicio N° 6: Sentados apoyados en la pared, tensionamos musculo superior, 5 minutos y nos separamos de la pared dejando caer brazos y cabeza, 1 min. Nos levantamos muy lentamente.
7.- Me acuesto en el piso o colchoneta. Coloco planta con planta (postura de la mariposa o zapatero), y dejo caer las rodillas al costado (dos minutos). Tomo una respiración profunda y exhalo por la boca con el sonido "aaaaaa".
Luego levanto la cadera (un minuto).
Bajo la cadera y luego otra respiración profunda. Pueden empezar a aparecer temblores.
Cierro las caderas unos 5 grados y mantengo dos minutos. Otra respiración profunda.
Cierro las caderas unos 5 grados y mantengo dos minutos. Otra respiración profunda.
Cierro las caderas unos 5 grados y mantengo dos minutos. Otra respiración profunda.
Apoyo los dos pies o plantas en el piso o colchoneta unos 5 minutos.
Por último enderezo los pies y relajo (puedo escuchar una música de unos 5 minutos).
Para terminar voy hacia el costado y cuando lo considere conveniente me siento en una posición cómoda.
Ejercicios de piso: Posición de descanso 2m, levantar la cadera 1 m, volvemos posición de descanso 2 m, cerramos 5 cm las rodillas, dos minutos, cerramos 5 cm 2 m, cerramos 5 cm 2 m. Apoyamos las plantas de los pies 15m. Realizamos la relajación y giramos hacia la derecha.
Para que puedan seguir audio
https://drive.google.com/file/d/14O7z6W0h-5E4jZrDKeZx8UeXBYSTZlJT/view?usp=drivesdk
Teoría
https://drive.google.com/file/d/12VcQO_fN8zAo9SYUWoFG6kmkNpHTLo6H/view
Entrevista a Mónica Tarrés
¿Cuáles son esos efectos colaterales que puede haber?
Cuando hablamos de tensión y estrés, estamos hablando de un vector que, a un nivel muy bajito se encuentran la tensión y el estrés, pero a un nivel alto se encuentra el trauma. Y muchas veces no sabemos el impacto de esa tensión o estrés, o de ese trauma, en el cuerpo, porque nos puede haber ocurrido de bebés o en la vida intrauterina, o en momentos que hemos olvidado y relegado al inconsciente por ser demasiado dolorosos. Pero todas estas memorias están en el cuerpo y en una situación de peligro vuelven a emerger.
Tres reacciones
Así que en una situación de tensión o peligro, la reacción natural del cuerpo sería: huyo o lucho contra esto. Pero cuando esto no es posible y el sistema se colapsa de manera inteligente para dar salida y continuar la vida, hay tres reacciones posibles: la congelación, la disociación o la inundación emocional. Y esto puede emerger cuando hacemos TRE y hay que conocerlo para saber cómo conducirlo.
La congelación es cuando una parte del cuerpo se queda rígida, de hecho es cuando el sistema se colapsa y queda completamente paralizado. Por ejemplo, si alguien viene y te atraca con una pistola, posiblemente, sin que tú lo pienses, como el peligro de salir huyendo o de luchar delante de una pistola es muy grande, porque es muy fácil que te disparen, el cuerpo, antes de que puedas reaccionar de forma consciente-mental, va a quedarse bloqueado. Y cuando esto haya pasado dirás “No pude reaccionar”, pero es que no había opción y el cuerpo toma la decisión por ti, te paraliza para poder sobrevivir a esa situación. Esto sería un ejemplo de congelación, pero a nivel práctico lo vivimos como rigidez en las articulaciones, con sensación de frío o de hormigueo en algunas partes de nuestro cuerpo, etc. Y esto, si nos aparece cuando estamos haciendo la vibración, cuando estamos practicando la TRE, tenemos que saber cómo darle respuesta. Esto es lo que enseñamos en los talleres y en las sesiones. Porque no es tanto vibrar como acompañar el proceso de vibración.
En el segundo estadio, —la disociación—, mi cuerpo está aquí pero mi mente no está. Me escondo de la realidad del presente.
Y el tercero es la inundación emocional. Imagínate un tsunami, es cuando tengo ganas de llorar tanto que me pierdo en ese llanto. Una inundación emocional: la persona que llora, llora, llora y no puede dejar de llorar. Esto puede ocurrir en terapia y también haciendo TRE. Las seis sesiones o el curso son para trabajar con esos estados, para que la persona entienda qué tiene que hacer si estos estados emergen. Se trata de acompañar a la persona en las dificultades que pueden emerger. Además, van surgiendo cosas nuevas y así la persona tiene oportunidad de moverlo, contrastar, saber si lo está haciendo bien…
Fisiológicamente, ¿cuál es la explicación del temblor?
Cuando hay una amenaza, nuestra musculatura y nuestro sistema nervioso reaccionan para contraerse, y para salir de esa contracción el cuerpo necesita movimiento, empieza a sacudirse para liberar la contracción. Temblamos para liberar tensión profunda acumulada. Los animales lo hacen de forma natural y así vuelven al estado de relajación. El ser humano necesita reaprenderlo. Cuando te niegas a temblar, porque estás mostrando miedo, lo que estás manteniendo es la contracción. Y cuando la contracción se afianza dentro de ti, vamos re-traumatizando y haciendo la contracción más fuerte. Hablamos de niveles muy profundos de tensión en la musculatura, que a veces con los masajes no es suficiente. Las terapias que hemos conocido hasta ahora van desde fuera hacia adentro, y esta es una terapia que va de dentro hacia afuera. ¿Qué señales nos pueden hacer sospechar que tenemos un trastorno post-traumático? Malestar general, dificultad para dormir, tensiones físicas —dolor de espalda, cefaleas, migrañas, dolores cervicales. Cuando hablamos de situaciones de estrés post-traumático, hay flashbacks, comportamientos compulsivos, comportamientos agresivos… Y todo esto lo encontramos en muchas personas, un “No sé, me sale un pronto y soy muy agresivo”, pero no sabe de dónde sale. O adicciones, pero ¿quién no tiene una adicción? Y en el fondo de todo puede ser que haya un tema de estrés.
El terapeuta
Hasta ahora se había pensado que el tema traumático podría resolverse a través de la terapia psicológica —con el psicoanálisis, por ejemplo—, pero la neurociencia nos está diciendo que el impacto del trauma no está en el neocórtex, que es la parte mental y consciente, sino que está en otra parte del cerebro, que se llama cerebro reptil, que es instintivo y reactivo, y aquí no hay palabras. El impacto de este trauma queda gravado en una parte del cerebro al que no puede accederse a través del diálogo y la conciencia mental. ¿Qué hemos descubierto? Que sí podemos acceder a él a través del TRE. Y lo que hacemos con esta técnica no pasa por las palabras. Es decir, no vamos a buscar nunca la historia —que es lo que hace la psicología—, vamos a acompañar el proceso corporal y después le vamos a poner las palabras, si queremos, porque no es necesario. Quizá todo el mundo tiene traumas, grandes o pequeños, que liberar… Berceli dice que el trauma es inherente a la vida. Que hay vidas más fáciles y otras más difíciles, pero que nadie se salva de tensiones, conflictos y estrés. ¿A quién no se le ha muerto un ser querido? ¿Quién no ha sufrido algún tipo de problema económico? Hablo de cosas más cotidianas, quizá, pero que afectan al organismo. Porque para el cuerpo, lo mismo es una pelea con nuestro ser amado que una caída de bicicleta, el impacto a nivel físico es el mismo. Por lo tanto, el trauma es inherente a la vida, pero tenemos la capacidad de tomar el aprendizaje de este trauma para conocernos más y llegar a ser más quiénes somos. Y el TRE nos ayuda justamente a esto.
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